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80.000 restaurantes suben la persiana cada día y cada noche en Estados Unidos. 79.999 restaurantes que compiten ferozmente con el tuyo para atraer al cliente.

De acuerdo, exagero, no todos compiten contigo directamente, pero quiero que veas que sobrevivir en este entorno, y además obtener beneficios, no es fácil.

¡Pero, qué me vas a contar que no sepa, George!, seguro que estarás diciéndote.

Lo sé, trabajas más que nunca, pero los resultados no lo reflejan.

Inviertes en formación para ti y tu equipo, pero hay demasiada rotación y no ves resultados.

Ajustas tus precios, pero el restaurante de al lado los ajusta más.

Estés donde estés: en Estados Unidos, en México, en España, en Colombia, en Chile, o en Japón.

No importa.

El gerente de un restaurante trabaja un número inconcebible de horas para obtener beneficios muy limitados.

¿Vas a seguir siempre a este ritmo?

Eso es insostenible.

Tienes que tomar el timón YA si quieres que este barco deje de viajar a la deriva.

Para que tu restaurante sea rentable a largo plazo tienes que controlar toda una serie de factores que, de no prestarles la atención debida, pueden acabar por costarte muchísimo dinero al año.

Toma nota de estos 7 consejos que te ayudarán a reducir los costos de tu restaurante (¡y a poder disfrutar de la vida de nuevo!):

 1.- Sé generoso… ¡pero no tanto!

A todo el mundo le encanta pasar por tu local para charlar un rato y disfrutar de tu excelente comida. Y tú, agradecido, quieres obsequiarles de alguna manera, ¿no es cierto?

O un postrecito, o un trago, o una entrada…

¡Cuidado!

Toda esa generosidad acabará por descuadrar tus cuentas, sin que apenas te des cuenta de los motivos.

2.- Limita el número de platos en tu carta

Las cartas extensas te complican la vida. Y se las complica a tu cliente.

Mientras más opciones les des, más difícil se lo estás poniendo para que sepa qué pedir.

Si tu cocina no tiene ni las dimensiones ni el equipamiento aconsejables, y tú no cuentas con el personal necesario para servir esa mega carta, ¡elimina la mitad!

Céntrate en calidad, no en cantidad.

Además, no olvides que cuanto más extensa sea tu carta, mayores los desperdicios.

3.- No desperdicies la energía.

¡El planeta te lo agradecería!

Así que, ¿para qué dejar esa freidora encendida si no vas a utilizarla?

Por si acaso…

No, no te sale a cuenta.

Y ese congelador adicional en la despensa, ¿lo necesitas?

Fuera, entonces.

¿Es realmente necesario que tus cocineros enciendan los fuegos a las 11 de la mañana?

Indiscutiblemente ¡No!

Este tipo de gastos puede llegar a representar hasta un 8% de tus ventas.

Por eso, es importante que controles todos tus gastos de suministro (luz, agua y gas) con conciencia: no dejes los grifos abiertos, apaga las luces que no se utilizan, y cierra el gas siempre que no se utilice.

4.- Apuesta por la publicidad digital

La publicidad tradicional del tipo periódico, radio, folletos, etc., es muy cara. Además, este tipo de publicidad es muy poco medible y, por lo tanto, muy poco mejorable.

Afortunadamente, la publicidad digital a través de las redes sociales, campañas de email marketing o geolocalización en Google, te permiten dirigirte a tu público objetivo por un presupuesto muy inferior al que tendrías que invertir en publicidad tradicional.

Pero, ¡ojo cocina!

El marketing digital requiere tiempo y perseverancia: no creas que en tres días vas a conseguir resultados abrumadores.

No, pero lo que sí que es cierto es que, si persistes, conseguirás establecer una relación emocional con tu cliente a largo plazo que compensará todo tu esfuerzo.

Así que, ¡paciencia, y se perseverante!

5.- Limita (discretamente) el tamaño de las raciones

¿Tú sabes la cantidad de dinero que se pierde en un restaurante por ofrecer porciones que son físicamente imposibles de comer?

No desperdicies comida.

Crea tus tarjetas de recetas con las cantidades óptimas de cada plato y de los ingredientes que los componen, y asegúrate que tu personal utiliza los utensilios adecuados para medir las cantidades indicadas.

Y no temas, tu cliente no se quejará si no le sirves un Churrasco que le sea imposible acabar. El cliente de hoy valora más la calidad que la cantidad.

El tamaño de las porciones que sirves, además, va estrechamente ligado al costo de tu plato.

Así que, al controlar el tamaño, controlas el coste.

6.- Utiliza un proveedor primario para asegurar precios ajustados

Contrario a lo que siempre hemos creído con relación a hacer cotizaciones de precios semanalmente con diferentes proveedores, he aprendido, que en realidad al final terminaba con un costo de comida más alto en vez de más bajo.

Quizás esto suene un poco fuera de lo que siempre nos han enseñado, pero la realidad es que, si investigas a las grandes cadenas, todas usan un solo proveedor donde compran por lo menos el 80% o más de sus productos.

Además, estas compañías constantemente producen un 20% o 30% más de ganancias que los restaurantes que hacen cotizaciones semanales y hacer esto toma mucho tiempo que se pudiera utilizar en ver formas de cómo crear mejores experiencias para los clientes.

07.- ¡Atento a tu inventario!

¿Tienes cuidado de las fechas de caducidad cuando te llegan los productos del proveedor?

¿Y tú personal?

¿Sigues el sistema FIFO (First In First Out) en todo momento o tienes tendencia a ignorarlo?

Te lo pregunto porque sé la cantidad de dinero que se desperdicia en un restaurante por no tener un control exhaustivo de las fechas de caducidad.

Asegúrate que los productos que entran en primer lugar sean los primeros en salir.

Etiqueta los alimentos que has abierto con la fecha en la que se abrieron y la fecha de caducidad si la tienen.

Y si se acerca esa fecha, ya sabes lo que toca: hay que inventar y promocionar un plato con los ingredientes que están a punto de vencer.

Los consejos que acabo de compartir no van a servir de nada si tu personal no toma conciencia que tienes que intentar minimizar los costos de operación.

¿Que no acaban de motivarse para echarte una mano en ese sentido?

Prémiales si consiguen los objetivos de ahorro.

Si generas mayor beneficio al reducir costos puedes invertir lo ganado en incentivar a tu equipo. Eso, a su vez, se traducirá en un mejor servicio, y unos clientes más felices.

Y todo el mundo gana.

Al final, puedes tener el mejor concepto del mundo, las mejores recetas y el talento, pero si tu restaurante no puede ofrecerles a tus clientes una excelente experiencia consistentemente, tus clientes no volverán. Tener los mejores sistemas, no solamente te asegura una mejor experiencia para tus clientes, pero también le dará al dueño más libertad y mejor calidad de vida.

Merece la pena dedicarle un tiempo a asentar unos buenos fundamentos y a crear hábitos.

Y si quieres ahondar en temas de presupuesto y mejoras en la gestión de tu restaurante, visita mi sitio web https://georgeabuabara.com o te invito a que participes en unos de mis talleres interactivo.

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